Ermita de San Luis
A las afueras del pueblo, hoy ya dentro del casco urbano, se alza la Ermita de S. Luis, obra de estilo barroco. Del siglo XVII, con posteriores restauraciones, de especial importancia para la historia de Peñaranda por ser el lugar desde donde partió, el 20 de octubre de 1669, la comitiva que consagró la iglesia de las MM. Carmelitas.
Consta de una sola nave, de dimensiones reducidas y en la que sobresale el retablo por ser jaspeado y no haber otro igual en la provincia. También es curiosa la disposición del mismo ya que las calles laterales son más anchas que la central donde va el sagrario y estas están separadas por columnas salomónicas.
San Luis no es solamente su Iglesia, sino su Cristo, Santo Cristo de la agonía, y hablar de San Luis y de su Cristo va íntimamente ligado a un barrio y sus gentes, el barrio de San Luis. Ha sido, es y a buen seguro, seguirá siendo, un lugar protagonista en la vida de los peñarandinos y peñarandinas.
El Cristo de la agonía es una talla de madera que data de finales del S: XVI perteneciente a la Escuela Alemana. Le acompañan además dos ladrones realizados por Esteban de Rueda, el famoso escultor de Toro, entre 1618 y 1622 aprovechando su estancia en Peñaranda para la realización del retablo del altar mayor de la Iglesia de San Miguel.